Mi pequeño viaje intenso...





Agosto 2011


Una tarde, en Les Peitides...


Se detiene el tiempo... 

Es una pequeña excursión, camino de tierra, laberíntica, irregular, de subida y caminos que se entrecruzan entre bosques que indican otros lares...

Un día caluroso, no de los más calurosos… muy pronto noto mi pulso y que el corazón muestra su importante presencia con mi respiración, a golpes en mi cuello y me empapa el sudor que noto en todo mi cuerpo, creo que puedo forzar más...

Inmersa en mi discurso interno y en las últimas conversaciones que he tenido esta tarde… 

De repente, se para todo como si alguien cerrara un interruptor y me digo que justo, en este instante, sólo existe el presente y te pido, a ti, mi vida, te llamo para sentirte de nuevo...

No hay nadie en estos caminos y no es costumbre… Es común encontrar quien descubre los caminos... No hay nadie y por un momento temo que me pueda pasar algo y me digo, 'No, es un regalo. Te lo han puesto así para ti'.

Sube la intensidad de mi pulso y siento que mi cuerpo aumenta su energía, su calor, ya no noto que hago un esfuerzo... La sensación es de poder llegar donde yo quiera, cuando yo quiera y hoy, voy a llegar donde dejé tus cenizas…

Sigue sin haber nadie… y me pregunto si estaré dormida, si estaré soñando y me digo 'Estoy despierta, está pasando...' Todo es perfecto y me doy cuenta que me doy cuenta de toda la belleza… 

Recuerdo que antes vivía sorda, ciega y muda metida en el mundo cerrado de mis cosas sin darme cuenta de mi presente, de mis cruces internos... 

Y te siento. Me pongo en silencio y te pido consejo... Estás muy cerca y estás muy lejos. Los dos, en absoluta libertad. No me entristece y me alimenta y te vuelvo a pedir consejo...y me lo das, 'Acepta'.

Metida en el camino tortuoso que ha escrito el agua en la tierra con las raíces grandes de los árboles, busco donde poner mis pies para avanzar, empiezo a coger una velocidad que me hace sentir que voy volando de lo ligera que me siento y me repito tu 'Acepta'… Me pregunto, ‘el qué?’. Impactos a modo de imagen se suceden en mi mente, como si tu ‘Acepta’ fuera una aceptación activa y no pasiva, desde la acción… y siento, ‘¡Sí!’.

Se pierde el sol, sus rayos no llegan donde yo voy e intuyo que estamos juntos en un universo holográfico... sigo y dejándome sentir me viene una imagen de tí con mucha luz sonriéndome, siento que me dices que todo está en su sitio y 'Acepta'… ¡Cuánta riqueza!

Me siento en una piedra al pie de tu fuente...

Siempre que estoy aquí me viene a la memoria el día que depositamos tus cenizas, con nuestros amigos queridos acompañándonos y yo más rota que entera, sentía una fragilidad que nunca más he vuelto a sentir. 

...Una fragilidad que ha ensanchado mis límites interiores y mis márgenes, dejando un rastro de mucho respeto hacia todo lo que es la vida.... Atropellados hechos tan importantes, tan contundentes que me hacen pensar siempre en una palabra que se repite, 'disparate', y no entiendo por qué siempre tengo esta sensación... disparate, cuánto disparate…  me lo desmonto rápido, me reconozco y el recuerdo me trae la imagen de nuestra última lucha como bestias y no, no fue un disparate...

Y soy capaz de verlo, sentirlo y sentirte con una profunda serenidad.

Me digo que es posiblemente la última vez que vengo aquí… El recuerdo de nuestras horas juntos charlando y nada más... estás más vivo en mí que buscándote aquí.

Háblame... y me vuelves a decir 'Acepta'...

Te canto un trozo de canción, la misma de aquellos días en los que te ibas y juntos agarrados vivíamos aquello con tanta intensidad... 'No sé si sabré encontrar la palabra adecuada para despedirme de tí y decirte a la vez tantas cosas...', decía la canción... y como si de nuestras charlas se tratara, me viene a la memoria una broma de las tuyas cuando me discutías el tempo de cuando cantaba... y me digo que me has vuelto a sacar de la nostalgia una vez más, te lo agradezco y me sonrío... y entiendo el 'Acepta' que me sugieres desde otro prisma...

Tomo de la fuente como tomando de ti y prometiéndome aceptar desde mi sentir más auténtico. Me sugiero hacer mis deberes de curarme del dolor y me vuelvo a sorprender en la serenidad cuando el aire de manera muy sutil me trae un olor muy nuestro y no sé cómo definir... ¿de dónde vendrá…?

Acariciando la tierra, sonrío al espacio y te doy las gracias por permitirme estar a tu lado y dejarte amar...

Imagino que te entrego una fuente de luz que sale de mis manos y te cuento que está llena de amor para ti y te recuerdo también que me prometiste estar bien, seguir el camino... como yo te lo prometí.

Abandono poco a poco nuestra fuente y presiento que atrás queda una magnífica fuerza, no me giro, sigo avanzando hacia adelante como nos prometimos... y siento que alguien mira, pero no debo volver...

Cojo el ritmo en mi respiración y como si renaciera, vuelve a aparecer el golpe de mi corazón en mi cuello sintiéndome a gusto por estar viva y me digo... 'Vas avanzando'.

Me prometo ser coherente con mi sentir como he aprendido, como me habéis enseñado... y la maravilla de hacerlo realidad.

No hay nadie como tú… es lo que siento, mi vida…

Hoy, lo hago por mí y en el fondo, sé, además... que te lo debo.

Curioso... a pocos metros de salir del camino tropiezo, casi me caigo... Ya me he liado, me estoy perdiendo el bosque y lo quiero ver... Gracias por la zancadilla…

Empieza a aparecer la gente enredando entre risas y charlas, buscando caminos como si el tiempo se hubiera parado por un momento... Se cruzan las miradas con el saludo de relajada simpatía, son caras que conozco aunque no recuerdo…

Es como si volviera nuevamente al exterior... 

Sé que no estaba soñando porque sigo empapada y la emoción enriquecida…lo ha parecido.

Qué mágico nuestro momento…




No hay comentarios: