Isa, con la fuerza del amor y del espíritu. Descansa en Paz.








Inicio este escrito con la duda de si seré capaz de terminarlo…

El viernes 2 de septiembre te pegaron dos tiros. Así, tal como suena. Qué rápido se dice… Así de bestia y de bruto. Por aquellas cosas curiosas de la vida, me pilló donde tú y yo compartimos tantos veranos juntas, días, inquietudes en nuestras edades adolescentes cuando hacía años que no iba a pasar una sola noche…

Isa Solá ha sido asesinada. Lo vi en Facebook y pensé que se habían solapado las noticias y que lo de los tiros iba en otra noticia y a ti te mostraban por algo que estabas haciendo en Haití… Madre mía… Todos los periódicos, las noticias daban la misma noticia junto con un silencio ensordecedor que lo envolvía todo...

Hace ya una semana y alternando mis emociones... Te voy a contar algo… Yo no perdí la vida como tú, pero llevo un pistoletazo encima. Hacía mucho que no tenía un impacto tan grande...


Desde que ocurrió, cada día te he buscado en las noticias, en las redes, en tu muro, a ver si alguien dice algo y se mantiene algun aporte sobre ti, vuelvo a leer nuestros mensajes, correos, fotos… sé que es un intento perdido de mantenerte en vida y de elaborar el hecho de que no estás… por eso te escribo ahora, con la intención de cerrar este círculo vicioso en el que ando metida. Una parte de mi ha quedado fulminada desde el viernes… Mis días han quedado tocados por estos dos tiros. De entrada, sentí mucha impotencia, una rabia muy grande. Sólo el cariño de mis amigos, el amor paciente y tranquilo ha conseguido que vaya vaciando poco a poco mi corazón.

Tú sabes lo importante que fueron esos años de adolescentes para nosotras… Se sellaron a fuego y no supimos cuando lo vivimos que esto iba a ser así. Las dos con nuestras guitarras, cantando…, a veces, a dúo. Tocadas por la espiritualidad, vivíamos el anhelo de construir sin límites… Nuestra adolescencia no fue una adolescencia común. Vivíamos en otro mundo en el que los milagros eran posibles, Dios existía… Vivíamos la fe con un sentimiento absoluto, completo, encontrando el lenguaje del espíritu en todo lo que nos mostraba la vida.

Nos conocimos en una excursión que hicimos a Zaragoza con el colegio… Ahora, si te tuviera aquí me dirías: ¡¡Síiiii, jajajaja, qué memoria…jajajaja!!. Íbamos con La Coro. Nuestra amistad empezó pinchándonos una a la otra pero desde un buen rollo impresionante… Luego, vinieron las reuniones de equipos, los ratos de oración, los ejercicios espirituales, la música, las guitarras, la tuna, las meriendas, nuestras interminables llamadas de teléfono, las canciones de John Denver, las canciones que hacíamos nosotras, cómo sacábamos a oído todo lo que se nos cruzaba... No limit!!

El paso por nuestro colegio fue un paso complicado para mi, por razones que ahora no vienen al caso. A pesar de no tener cómo expresarlo en aquel entonces, con nuestro grupito, ocurrió el milagro… fue como abrir un haz de luz muy grande del que conseguí tener muy buenas vivencias y que en la retina me quedara un hermoso recuerdo de aquellos años.

Lo intenso de verdad lo vivimos a pelo con nuestros niños en Vilassar, en la Joventut Cristiana que creamos, la playa, las gimkanas, las patatas fritas, el Casal, los viejetes, las excursiones… Nuestra adolescencia no fue común pero fuimos muy felices por los cuatro costados. A todo le dabas la vuelta y le dabas ese punto de comprensión tan bonito…

Te recuerdo con tu sonrisa que se ha mantenido en el tiempo… con tu vespino negra, cuando tus padres decidieron darte más independencia para subir y bajar de Cabrera a Vilassar. Con ella íbamos a todas partes… lo que hiciera falta.

Nuestra parte gamberra que también la teníamos, hizo que en ocasiones nos hiciéramos pasar por extranjeras cuando alguien por la calle nos soltaba algún improperio, tu punto tímido se juntaba con el mío atrevido y el personaje en cuestión siempre salía confuso de la situación…

Muchas veces, los fines de semana ya empezaban el viernes a la tarde-noche que a golpe de vespino nos íbamos a La Atlántida a regalarnos una pizza y luego, el creppe, ‘’el pecado’’, tal como lo bautizaste. La primera vez que comimos la creppe de crema, nata, caramelo y nueces… ‘’Disfrútalo porque está tan bueno que seguro que esto es pecado…’’ me dijiste. Tu severidad nos hizo troncharnos risa… y es que podíamos pasar minutos riéndonos, empalmando un cosa y la otra sin parar de reír. Y a partir de aquel día, el creppe quedó bautizado como ‘’el pecado’’ y sucumbíamos cada vez que íbamos allí, pecando como benditas...

Y debo decirte, Isa, que este creppe ha quedado en la posteridad porque cada vez que asomo por ahí explico nuestra anécdota y todo el mundo te da la razón y entre amigos lo llamamos ‘’el pecado’’.

Todo era ligero, limpio contigo… menos cuando nos peleábamos que era tremendo porque creo que no he conocido una persona más cabezota que tú. ¡Bueno, ya... Cabezotas las dos!

El grupo de Joventut Cristiana que construimos fue creciendo hasta formar dos grupos: el de los mayores y el de los pequeños. Recuerdo con especial cariño los ratos de recogimiento en una alfombra sencilla que fuimos a comprar juntas después de limpiar, pintar y montar una sala grande…  Las guitarras fueron creciendo con los años, no solo estaban las nuestras… las voces, primeras voces, segundas voces que de manera espontanea surgían allí. Era muy especial, muy bonito…

De aquellos años, me he llevado un montón de anécdotas que vivimos… que te gustaba recuperar cada vez que nos encontrábamos y cuando hablábamos.

Contigo aprendí mucho. Nos admirábamos y apoyábamos. Para mi fue muy importante nuestra amistad. Nos pasaban cosas que era complicado de explicar a la gente. La vocación era un sentimiento tan grande que tomaba cuerpo en todo lo que hacíamos.

Aún recuerdo aquella reunión que hicimos en la cripta, después de pasar semanas limpiándola, que tú dijiste: ‘’He pensado en los primeros cristianos que se reunían así… Ha sido como una misa secreta sin serlo… Muy bonito’’

Los niños te adoraban. Estos días he pensado también en ellos que ya son adultos, con hijos, con vidas hechas… Hacía mucho que mi cabeza no se iba allí y es que… la vida ha dado muchas vueltas.

Un día, en el Paseo de los Pinos, tuvimos una conversación en la que tú me dijiste que seguías adelante con tu vocación y pedirías ir a misiones, trabajar para los pobres… Un frío recorrió por todo mi cuerpo… se estaba marcando un fin de etapa. Yo te dije que quería esperar un año a ver qué hacía con mi vida, no me veía capaz de lo que tú ibas a hacer...  yo quería vivir aquí, con una familia y seguir trabajando, creciendo… La rebelde que llevo dentro empezaba a chirriar con la espiritualidad de la iglesia y bueno… quería andar otros pasos… y así ha sido.

Recuerdo tu mirada en esa conversación. ‘’Haz lo que tengas que hacer pero lleva a Dios contigo’’, me dijiste… y así también ha sido aunque mi percepción de la espiritualidad haya cambiado.

La inquietud de lo que te iba a venir era grande... pero todo en ti iba hacia allí adelante con mucha fuerza… Yo no iba a poder llevar los grupos y vimos que era una etapa con varios cambios… ‘’Me llevo de ellos más de lo que se han llevado ellos de mi. Me llevo mucho y me hubiera gustado que fuera a revés’’ Me decías... Y esta frase te la he oído decir de distintas maneras y te la he leído a lo largo de estos años varias veces… y en Haití de manera muy especial.

Empezó una nueva realidad… Nuestros caminos se separaban y se configuraban nuevos escenarios para ambas.

Antes de irte, unos meses antes, en una reunión que íbamos a tener en Vilassar con los chicos, mientras tú preparabas la sala, yo los esperaba en la plaza porque habíamos hecho un cambio de lugar en último momento. Como otras veces, me puse en la escalinata de la iglesia esperando cuando un hombre, que era mi vecino, empezó a acercarse a mi de una manera agresiva. Entré corriendo en la iglesia y vi que él corría detrás de mi, hasta llegar a la sacristía donde me pilló de lleno, tirándome en el suelo con la intención de violarme. Todo fue rápido. Lo que recuerdo de ese episodio es su fuerza descomunal sobre mi, un olor muy particular, mi pánico y que a pocos centímetros tenía un gran cenicero de cristal con el que le quería abrir su cabeza… Seguro que gritaba porque a raíz de mis gritos, viniste tú y a fuerza de patadas, manotazos, empujones y de todo, me lo sacaste de encima.

Todo fue muy rápido pero ahí descubrí que yo era capaz de matar. No te lo pensaste dos veces y de una manera contundente me salvaste de un episodio que podría haber tenido un mal final.

No sé si alguna vez te lo agradecí lo suficiente…

Es importante que tu paso por esta vida, desde mi punto de vista, sea recordado con tu gran humanidad y tu fuerza espiritual. Para mi lo inspirador es ver cómo escalaste en el camino de lo humano con los pies tan bien puestos en el suelo con la fuerza de tu interior, con la fe, lo que empujó a llevarte con tanta luz, a Guinea y a Haití.

El viernes se sesgó todo. Te asesinaron en la calle y aunque podías prever que podía ocurrir, fue demasiado pronto para todos. Fue un atraco y una vez más, luchaste pero esta vez te llevaste dos tiros por delante, en el pecho.

Sé que tu grandeza, tu corazón, tu alma se ha rendido a todo lo que te ha ocurrido, lo ha aceptado, se ha encomendado a Dios y ha perdonado desde el Amor.

Los que estamos en otro nivel no sabemos qué hacer con todo esto… y hoy, me he dado cuenta que la solución está en seguirte los pasos en esta rendición con la convicción que es el trayecto a seguir para estar sanos… porque escogiste, viviste desde el alma.

O sea que hoy pongo en manos del Universo, La Luz, el Amor, Dios… todo lo ocurrido y todo lo que ocurre para que encontremos la paz.

Querida Isa..., la palabra me queda muy corta hoy… y me estoy dando cuenta de lo desordenado que estoy escribiendo… Me gustó estar codo con codo contigo, compartir, despertar, crecer contigo…, que la vida nos brindara la oportunidad de seguir conectadas de una manera u otra.

Querida Isa… La percepción de ti, ahora, es de un amor pleno y sereno que va contigo. Tú, una vez más, con una gran lección para mi… tu muerte ha sido una gran sacudida que ha hecho caer muchas bobadas que me tenían entretenida últimamente y ha dejado de un plumazo, en primer plano, lo que realmente importa.

Descansa en paz, ‘’cejitorti’’ querida…, que la música de Dios y de todos los seres amados te tengan en el amor más grande que pueda existir en cualquier parte del Universo y del más allá…



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(Para Isa Solà Matas, RJM 
(1965-2016) 

***


...y para todas las personas que habéis compartido con ella.
Con amor...)


13 comentarios:

maria marz dijo...

Hola Rosa, he leido tu post, muchas gracias por compartir tus vivencias tan apreciadas con Isa, lo lamento mucho, pero en estos momentos no hay palabras adecuadas, sólo tu sabes lo que sientes, te acompaño en tu mas íntimo sentimiento, gracias por el blog.

Anónimo dijo...

Querida Rosa María
Gracias por compartir tan hermosa vivencia con Isa. No tengo palabras. Siento por lo que estás pasando pero decirte que confío en tu fuerza para salir adelante. Te mando mucho cariño. Dios os bendiga.

Álvaro C.B.

Anónimo dijo...

Estimada...
Una gran abraçada des del cor.

Marta Valls

Rosa Maria Plana dijo...

Muchas gracias por vuestro cariño.
Un abrazo desde el alma.

Anónimo dijo...

Muy injusto, acompaño tu emocion en profundidad... Un abrazo de oso!

Anónimo dijo...

Querida Rosa María
Conocí a Isa cuando estabais por Vilassar las dos. Soy una de las niñas que disfrutaron de aquellos años. Entiendo lo del pistoletazo porque me siento igual y entiendo que para ti tiene que ser terrible. Hoy necesito de ti de nuevo y que me expliques cómo se supera esto...
Te quiero mucho y me siento profundamente agradecida.

Marina Montés

Anónimo dijo...

Ho sento molt.
T'abraço des de l'ànima, estimada.

Gemma González

Anónimo dijo...

Después de leerte tengo el cuerpo encogido, espero estés bien muy pronto. Te mandamos un abrazo muy grande. Ya sabes donde nos tienes.

Alex Pagés y Verónica Padrós

Anónimo dijo...

Todo mi amor ❤️

Anónimo dijo...

Pronto hará dos meses que el mundo ha perdido un ser excepcional...
Mis oraciones a todos los que estáis en duelo.
Alberto Conde

Riberaine dijo...

Quizás no sea un adiós ,sólo un hasta luego.Dedico su vida a los demás y eso es lo mas grande que alguien puede hacer.

Anónimo dijo...

Gracias a ambas por existir.
Gracias a personas como vosotras hay esperanza.
Me pregunto cómo estás, Rosa María...
Te mando un fuerte abrazo.

María Andreu González

Anónimo dijo...

Guardo profundo agradecimiento por lo que me disteis durante años. No sabíamos que iba a ser tan breve pero fue muy bueno.
Siempre pienso que en cualquier momento encontraré en las librerías un libro tuyo que explique la vida desde tu voz, pero no sé si estás interesada en hacerlo.
No conozco a nadie con tanta profundidad, intensidad desde tan jóvenes. Ahora la pienso y sólo teníais 16 años y os veíamos muy grandes.
¿Cómo serás ahora a tu edad? ¿Cómo te ha tratado la vida? Si tienes esta manera de expresarte es que la intensidad y la profundidad continúa.
Estáis en un lugar muy cercano de mi corazón las dos desde hace años.
Un abrazo con todo cariño.

Lara